Avanzan los días y van aumentando el número de peregrinos a este Monte Medo. Con extremas medidas de seguridad, distanciamiento social, aforo controlado y limitado al interior del Santuario… incluso son muchos los que fotografían extrañados la desinfección de la explanada.
Esta mañana amanecimos envueltos en un manto de niebla que poco a poco fue desapareciendo para dejarnos otro día de temperatura agradable.
Decir Virgen María, es decir prontitud, generosidad, entrega, caridad sin límites. Estos preciosos atributos de la Madre de Dios no se entenderían si ella no fuese portadora del misterio de Cristo. Santa María recorre este camino de entrega llevando a Cristo sin cansarse y ayudándonos a dejarnos tocar por el amor de Jesús. Es Cristo el que nos enseña en la escuela de la Eucaristía el estilo de la entrega, capaz de transformarlo todo.
Pedimos hoy, como intención especial por nuestra Iglesia Diocesana y todos aquellos que participan de los grupos y trabajos Sinodales.
Pasó una mañana, pasó una tarde el día cuarto.