Santuario Nuestra Señora de los Milagros

UNA IMAGEN… UNA PALABRA

Todo comienza por la mirada de Jesús a la madre.

Y esta mirada provoca en él una infinita compasión por aquella mujer aplastada por el dolor.

El Dios de Lucas es compasivo, también lo es su Mesías. Pero además de este impulso del corazón, Jesús tiene poder para cambiar los destinos de las personas.

Dice a la madre: “No llores”. El consuelo tiene su fuente en Dios, que puede despertar a los muertos. Y Jesús manifiesta este designio y esta voluntad de vida no por una nueva palabra, sino por un gesto, el de tocar el féretro.

Y a continuación la palabra de Jesús da la vida y levanta al joven que iban a enterrar. Al devolver el hijo a su madre, Jesús se revela como señor de la vida.

FELIZ DÍA A TODOS