En la cura del paralítico, la imagen de Dios que Jesús manifiesta, y que se refiere a un Dios activo, no puede ser paralizada por el sábado, es decir, ninguna institución, aún la más religiosa, puede impedir la acción salvífica de Dios.
Nosotros somos invitados a proporcionar a los que sufren momentos de dialogo, de empatía y solidaridad. Podemos ser, como aquella bella imagen del profeta Ezequiel, templos de vida para los demás. Eso es lo que Jesús nos invita a hacer con nuestros templos, sean ellos comunitarios o interiores: fuentes de vida para las personas, no de exclusión y marginación.
FELIZ DIA A TODOS