Santuario Nuestra Señora de los Milagros

UNA IMAGEN… UNA PALABRA

¿Cuántos hermanos se desvían del camino de la fe y pasan a adorar otros dioses simplemente porque en sus oraciones no fueron satisfechas sus necesidades o porque consideraron que Dios no quiso hacer su voluntad? Pero esto también puede pasar con nosotros. En cierta medida, todos llevamos en nosotros, aunque escondido, nuestros “becerros de oro”. El becerro de oro puede ser cualquier cosa o persona que nos hace prescindir de Dios, nos aleja de Él y nos impide de ser agraciados por su misericordia: el poder, el honor, la riqueza, el consumo… Ídolo es todo lo que esclaviza en nombre de la libertad y nos aleja de Dios.

El camino cuaresmal es propicio para que volvamos nuestra mirada detenida en nuestra vida y reconozcamos los “becerros de oro” que hemos construido en nuestra vida a lo largo del último año. Reconocerlos y destruirlos es una actitud difícil, pero necesaria para que volvamos nuestros ojos al único que puede darnos la libertad y la vida: Jesucristo.

FELIZ DÍA A TODOS