Cuando pensamos que lo tenemos todo a favor para encontrar al Señor y para comunicarlo con acierto, el desconcierto de la evangelización y la inquietud de la fe pueden hacernos zozobrar… no ser que elijamos la senda de la humildad y la paciencia evangélicas.
Humildes para hablar de Quien siempre nos excede; pacientes para convertirnos en ovejas que han aprendido a reconocer Su voz.
Entonces, sí. Entonces, poco a poco, iremos convirtiéndonos en testigos y mensajeros del gozo del Evangelio.
FELIZ DÍA A TODOS