“Con flores a María”
En el pasillo del colegio, todos los meses de mayo nos ponían una virgen, y en clase, nuestro profesor, nos contaba que ese mes estaba dedicado a la virgen, y se hacía una ofrenda de flores, es decir, podíamos llevar un ramo y ofrecérselas a ella. Yo me iba para casa con la noticia:
¡¡Mamá, mamá, tengo que llevar un ramo de flores al cole!!
Y claro está mi madre con su paciencia infinita, me traía un ramo del pueblo, con ese olor que embriagaba toda mi casa, aun recuerdo esas lilas, con ese aroma penetrante…
Creo recordar que era el viernes cuando se llevaban las flores, y ahí me tenéis a mí, con el ramo en la mano tieso para que no se me estropease, no dejaba que se acercara nadie Porque tenía que llegar intacto al homenaje.
Nos ponían en fila e íbamos cantando todos hasta la imagen de la virgen, donde depositábamos las flores. Que orgulloso me sentía, con esa candidez de esos pocos años que tenía…
Venid y vamos todos con flores a porfía,
con flores a María, que Madre nuestra es (bis).
De nuevo aquí nos tienes, purísima doncella,
más que la luna, bella, postrados a tus pies.
Venimos a ofrecerte las flores de este suelo,
con cuánto amor y anhelo, Señora, tú lo ves.
Por ellas te rogamos, si cándidas te placen,
las que en la gloria nacen, en cambio, tú nos des.
Creo que hoy en día esto sería impensable, pero en mi menoría queda este recuerdo que he sacado para que podéis disfrutar y recordéis esa niñez que en aquellos tiempos teníamos.