Hoy el Evangelio nos invita a seguir nuestro camino. Seguir a Jesús no es otra cosa que vivir a fondo nuestra libertad y tomar nuestras decisiones conscientes de que no hay más que una realidad: que todos somos hermanos y hermanas, hijos del mismo Padre.
Y asumir la responsabilidad de nuestras acciones que deben orientarse a construir fraternidad y no a destruirla. Porque la gloria de Dios no es sino el bien del hombre.
Esa es la voluntad de Dios.
Ese es el mensaje que Pablo predicó siempre: liberarnos de todas las opresiones para vivir en la libertad de los hijos. ¡Que nunca pequemos contra el Espíritu de la libertad!
FELIZ DOMINGO…
día del Señor y de la familia cristiana