Santuario Nuestra Señora de los Milagros

UNA IMAGEN… UNA PALABRA

Conocer el misterio de Dios en Jesús es sabernos niños en los brazos del buen Padre a quien reconocemos maestro y protector. La arrogancia no es buena consejera y menos la que se cree dueña de los misterios insondables del mismo Dios.

Quienes comprenden el misterio del Reino no son siempre los más doctos, sino los humildes, quienes se dejan invadir por el Evangelio y la acción imprevisible del Espíritu.

¡Cuánto trabajo por hacer en este camino de la humildad del corazón! ¿Cuál es mi grado de asombro y de sorpresa a la acción del Santo Espíritu?

Pidámosle al Espíritu de Sabiduría que nos haga dóciles como niños para sorprendernos siempre ante los insondables caminos por los que penetra! 

Feliz día a todos…