Es Cristo el que reconcilia a los pueblos.
El que atiende a todos lleno de compasión porque nos ve, al decir del Evangelio de hoy, como “ovejas sin pastor”.
A nosotros nos corresponde continuar su misión y ser profetas al servicio de la reconciliación.
En el mundo y en nuestra nación, en nuestro barrio y en nuestra familia. Cada vez que logramos que alguien se reconcilie, estamos siendo cristianos de verdad.
Eso significa ser cristianos: ser creadores de perdón, de fraternidad, de reconciliación.
Feliz Domingo,
dia del Señor y de la familia Cristiana