El P. Kolbe, misionero franciscano en Japón, se encontró en su tierra polaca con la llamada del Señor a vivir lo que había anunciado: La bienaventuranza de los pobres.
Detenido por las fuerzas de ocupación e internado en el campo de concentración de Auschwitz, entregó su vida a cambio de un padre de familia condenado a muerte, el 14 de agosto de 1941. Tuvo el valor de asemejarse a Jesucristo, incluso hasta la muerte.
Feliz día a todos…