Hoy podemos intentar responder a la pregunta que Jesús hace a sus discípulos. Quizá no nos salga una respuesta tan clara y contundente como la de Pedro.
Quizá en el fondo no entendamos bien a este galileo ni su forma de comportarse. Quizá a veces nos parezca poco prudente o demasiado radical.
Pero lo que tenemos que seguir escuchando es su invitación a seguirle, a estar con él, a escucharle. Aunque no respondamos perfectamente, aunque nuestra vida tampoco sea la traducción práctica de la respuesta perfecta, Jesús no nos expulsa de su lado. Tiene mucha paciencia.
La que tuvo con todos los que se encontró. La que tuvo con los apóstoles. Nos da tiempo. Porque sabe que el amor de Dios terminará haciendo su trabajo y haciéndonos descubrir que el amor es lo único que vale verdaderamente la pena en nuestra vida.
Feliz día a todos…