Los discípulos van detrás de Jesús con el deseo de aprender para ser como El. Se sienten seducidos por su persona y estar con Él es la mejor escuela para asimilar sus enseñanzas. Los discípulos son la nueva familia de Jesús; una familia que no se funda en la carne y la sangre sino en la fe y la confianza en quien les ha llamado y en su palabra y forma de vivir Una familia que crece en la medida en que Jesús es más conocido y amado y hay una mayor intimidad con El. Una familia en la que los que la integran sienten la necesidad de comunicar su experiencia (“lo que oímos, vivimos, contemplamos, experimentamos… os lo damos a conocer para que participéis de nuestra alegría y vuestra alegría sea completa”. Cfr 1ºJn 1, 1s).
Una familia que no tiene fronteras de color de la piel, de cultura, de lengua. Una familia de puertas abiertas que incluye a todos y nadie es excluido. Una familia que acoge a todos sin importar en que condición estén. Una familia que valora a todos no por lo que tienen sino por lo que son: hijos de Dios. Una familia que ayuda a todos con total generosidad y disponibilidad.
Una familia que se alegra cuando los hijos pródigos vuelven, y se entristece por los hijos hipócritas y soberbios que no saben comprender y perdonar al hermano que se alejó de casa y dilapidó los bienes familiares…
Feliz día… Dios te bendice