Santuario Nuestra Señora de los Milagros

UNA IMAGEN… UNA PALABRA

Jesús lo llamó para una vida en plenitud, pero aquel hombre se marchó entristecido. Es de los pocos personajes en el Evangelio que se marcha triste después de encontrarse con Jesús. Esta radicalidad de la llamada de Jesús sigue teniendo la misma vigencia para nosotros hoy, no ha perdido su frescura después de dos mil años. Lo que define nuestra vida cristiana es el seguimiento de Jesús.

No se trata solamente de observar unas normas o de mantener una conducta ética intachable. Se trata de encontrarnos con Jesús que nos mira con amor y nos invita a seguirlo. Esto suscita un nuevo estilo de vida, libre de ataduras, que nos hace entrar en el Reino de Dios donde lo que parece imposible se vuelve un don. ¿Qué me esta impidiendo volver al Señor? ¿Vivo mi vida cristiana como seguimiento de Jesús o como un cumplimiento?

Feliz día… Dios te bendice…