Todos los cristianos estamos invitados, obligados, a la santidad.
La razón: porque Dios es Santo. Sed perfectos como vuestro Padre celestial.
Que hace salir el sol sobre malos y buenos.
La página del Evangelio de hoy es clave; y, al mismo tiempo, es la página más difícil de cumplir bien.
El amor a los enemigos.
Se decía: «ojo por ojo, diente por diente», «pero yo os digo: amad a vuestros enemigos….»
Los judíos no se esperaban eso; algo tan revolucionario.
Perdonad, amad, igual que el Padre con vosotros. Igual que hizo el mismo Cristo, abriendo camino.
Las venganzas, los odios están presentes en el corazón del hombre, en las familias, en las vecindades, en los pueblos.
Con la fuerza del Señor y de la Virgen María es posible la paz.
Esta tarde, 4 miembros de la Comunidad partirán para Salamanca a hacer Ejercicios Espirituales.
Es necesario reavivar el espiritu, y renovar la mente y el corazón.