Santuario Nuestra Señora de los Milagros

UNA IMAGEN… UNA PALABRA

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo
Hoy es Domingo XVI Tiempo Ordinario

San Marcos 6, 30-34 En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo:
«Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco».

Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.

Se fueron en barca a solas a un lugar desierto.

Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.

Palabra del Señor

Reflexion: El comportamiento de Jesús con las gentes
fue y es muy distinto
de muchos falsos profetas y demagogos de entonces y de ahora, al transmitir doctrina de verdad y de vida, pues los que no son auténticos pastores procuran adaptarse a las circunstancias siempre cambiantes, obrando según sopla el viento, tratando de quedar bien con todo el mundo, acomodando la verdad al parecer de cada uno, intentan fascinar, pero sin convencer.

Todos nos necesitamos en la auténtica misión de cuidarnos según el corazón de Cristo, comprometernos en esa misión ¿de pastor, guías, animadores…? El nombre en este caso es indiferente, lo importante es el compartir el camino de seguimiento del maestro. Puestos a precisar, podríamos decir que:
-el mundo joven necesita guías, animadores, modelos de vida con una Fe. fascinada por Jesús…
-la madurez necesita amigos con quien compartir vida en positivo, acompañados por Jesús.
-la ancianidad necesita apoyos, escuchas de sus repetidas historias y superar tantos silencios y temores… consolados por Jesús.

En definitiva, todos necesitamos y queremos pastores y podemos y debemos ser “pastores” que comuniquen y contagien vida, necesitamos enseñar y ser enseñados… No se trata de recetas moralizantes, ni paternalismos, ni fórmulas, ni de contar nuestras batallas… sino de vida con verdad y misericordia. No olvidemos, en primer lugar, que Jesús sabe escuchar: “le contaron todo lo que habían hecho y enseñado”.

Hoy Jesús se reúne con los discípulos, “venid a un sitio tranquilo a descansar conmigo”, a los que había enviado, para escuchar lo que habían hecho… ¿podríamos pensar qué le podríamos contar de nuestra vida?
-¿Hemos compartido “vida”, hemos sido en algún momento realmente “guías, “pastores…” de alguna persona joven… hijos, sobrinos, alumnos…?
-¿Qué hemos compartido con “los maduros” de nuestra familia, nuestros amigos…?
-¿Hemos escuchado a nuestros mayores y ancianos…?

Es tiempo de verano, con frecuencia de vacaciones, aunque las verdaderas vacaciones comienzan “en el interior de cada uno”. Y es tiempo propicio para poder ejercer y vivir esta “misión”, tan evangélica, de hablar y compartir vida en tantos momentos de sobremesa y veladas nocturnas, de salidas al campo, de conocer gente nueva y encontrarse con familia, de intercambio con los hijos en momentos de quietud… quizás esos momentos eviten que durante el resto del año no vaya nuestra familia y nuestras relaciones personales “como ovejas sin pastor”, porque en este caso “los pastores…” debemos ser nosotros, somos nosotros, que sí tenemos algo que decir y contar.

El estremecimiento de Jesús ante la realidad desconcertante de nuestras vidas que se conducen sin un sentido claro, carente de un norte de dirección, han movido su compasión y reclaman nuestra sensibilidad para colaborar con él en la redención del mundo. Él es el único y verdadero pastor, con él aprendemos y deseamos participar en su proyecto salvador y, para ello, tenemos que reconocer que somos también nosotros sanadores heridos. De nuestra experiencia de sanación, de encuentro y realización con la persona de Jesús nace no sólo nuestro impulso y respuesta de convertirnos en pastores sino el contenido kerigmatico del anuncio “Señor, tu eres el Mesías, el Hijo de Dios, el único que tienes Palabras de vida eterna”.

_* Dios te bendice…* Oramos: Credo, Padrenuestro, Avemaría, Gloria.