En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo
Hoy es Martes XXVIII del Tiempo Ordinario. Nuestra Señora del Pilar La Virgen del Pilar es una advocación mariana cuya imagen original se encuentra en la Basílica del Pilar de Zaragoza. La tradición la une al apóstol Santiago a quien la Virgen se apareció en Zaragoza. En esta tradición se advierte la afirmación implícita de los orígenes apostólicos de la fe cristiana y de la veneración a la Virgen María.
San Lucas 11, 27-28 En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo:
«Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron».
Pero él dijo:
«Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».
Palabra del Señor
Reflexion: La fiesta que hoy celebramos debe significar, lo que dice con toda claridad y belleza la Oración Colecta que rezamos al comienzo de la Misa. Dirigiéndose a Dios todopoderoso, la Iglesia pide hoy, por intercesión de la Virgen del Pilar:
Fortaleza en la fe
Seguridad en la esperanza
Constancia en el amor
No se puede decir de forma más bella y compendiada lo que debe significar la Virgen del Pilar para sus devotos. Porque está muy bien que sigamos acudiendo a sus santuarios a hablar con María, a contarle pormenorizadamente las novedades de nuestra vida. Pero, nunca debemos olvidar guardar, al final, silencio para que hable ella. Si así lo hacemos y caemos en la cuenta de lo que la Virgen fue y sigue siendo en la vida de la Iglesia y en la nuestra propia, acabaremos nosotros también haciendo las tres peticiones que hoy nos ha propuesto la misma Iglesia, pues ella es la que más cerca y más íntimamente está unida al Jesucristo nuestro Señor.
Fe, esa elección personal e intransferible por la que nos hemos embarcado en la misma aventura que vivió María, y que hoy necesita, quizá como nunca, de una gran fortaleza.
Esperanza, como generadora de paz, que nos hace superar el desánimo inevitable que los acontecimientos propios o próximos nos producen.
Y la constancia en el amor, que envuelto en compasión y misericordia, es el mejor, y, quizá, más urgente regalo que podemos ofrecer al mundo en general y a cuantos contacten con nosotros en particular.
En esta fiesta de María, en su advocación de la Virgen del Pilar, le podemos pedir que copiemos y vivamos su actitud, que afine bien nuestro oídos para escuchar los mensajes que Dios nos envía y que nos dé la fuerza suficiente para cumplir siempre lo que nos proponga. Ella nos lo alcance todo de su Hijo.
_* Dios te bendice…* Regalémosle hoy a Santa Maria el rezo del Santo Rosario.