En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo
Hoy Bautismo del Señor La festividad del Bautismo del Señor marca en el calendario litúrgico el fin del Tiempo de Navidad y el inicio del Tiempo Ordinario. El bautismo es el principal rito de iniciación cristiana y señala nuestra pertenencia a Dios, Como hijos, y la comunidad de los que, de manera libre y consciente, siguen a Jesus, y optan en sus vidas y en sus decisiones por los principios y valores que sostuvieron a Jesús y que nos son transmitidos, con la fuerza del Espíritu Santo, por los Apóstoles.
San Lucas 3, 15-22 En aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:
«Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego».
Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma y vino una voz del cielo:
«Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco».
Palabra del Señor
Reflexion El Evangelio de hoy nos dice quién es Juan el Bautista y quién es Jesús. Juan el Bautista es el evangelizador, porque en el desierto conoció su misión y en medio de la gente la cumplió hasta el martirio. Juan el Bautista bautizaba en el Jordán y preparaba los caminos al Señor con la penitencia. Juan Bautista habló diciendo: Yo os bautizo con agua, pero está llegando otro, mayor que yo, que os bautizará en el Espíritu Santo y en fuego.
Mientras Jesús recibía el bautismo, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él y se oyó una voz poderosa del cielo, que dijo: “Tú eres mi Hijo, el Amado, en ti me complazco”. Jesús es el ungido, el Hijo de Dios, el amado, el predilecto, el que bautiza en Espíritu Santo y fuego. El bautismo de agua de Juan es el bautismo de penitencia; el bautismo en el Espíritu Santo es el bautismo que da la nueva vida mediante la fe y consume los pecados en el fuego divino mediante las obras de penitencia.
El bautismo de Cristo sucedió mientras Él rezaba. Detalle fundamental para advertir que la oración es fundamental en la vida de Cristo y en la vida de cada uno de nosotros. Sin oración se corre el riesgo de cansarnos y que todo siga igual. Sin oración no será posible hablar con unción y eficacia llevando la conversión a las personas que nos escuchen. Sin oración nuestra palabra saldrá de la boca, no del corazón.
Celebrar el bautismo de Cristo, quien no lo necesitaba, es hacer memoria de nuestro bautismo y profesar de nuevo la fe, renovando el propósito de renunciar al pecado y de vivir de las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Estemos preparados para cuando se manifieste Jesús en gloria y majestad. Pero para entonces ¿habrá fe en la tierra?
_* Dios te bendice…* Oramos: Credo, Padrenuestro, Avemaria, Gloria.