SANTA CATALINA LABOURE, H.C.
Nació en Fain-les-Moutiers (Francia), el 2 de Enero del 1806. Huérfana de madre desde los nueve años, pasó la niñez entre las aves y los animales de la granja porque tuvo que hacerse cargo de las faenas de la casa junto con su hermana pequeña Tonina. Dos amas de casa, en una familia numerosa, que tenían doce y nueve años respectivamente. Ella nota la llamada que el Señor le hace pero tiene que vencer engorrosas y complicadas dificultades familiares para poder entregarse. Por fin, ingresa en la Compañía de las Hijas de la Caridad de san Vicente de Paúl.
Se desenvuelve en la vida sencilla y escondida de una Hija de la Caridad que tiene por vocación atender a los más pobres en: asilos, hospitales, manicomios, hospicios etc., en donde hay enfermos, sufrimiento, camas, cocina, ropas … oración y ¡mucho amor a Dios! Hubiera empleado su vida, como tantas mujeres santas, sin que su nombre hubiera pasado a las líneas de la historia, de no habérsele aparecido la Virgen Santísima en el mes de Julio del 1830 y luego varias veces más. Aún se puede ver, en la rue du Bac, de París, el sillón de respaldo y brazos muy bajos… en donde estuvo sentada Nuestra Señora en la primera aparición.
Después pasó su vida desempeñando trabajos escondidos y sin brillo propios de cualquier religiosa. Nadie supo hasta su muerte que ella era la vidente (fuera de su Director Espiritual y Confesor, el P. Aladel, C.M.). Quiso guardar con exquisito pudor este acontecimiento. El pudor propio de quien conoce la grandeza, las finuras y la personal delicadeza del amor. Sólo tuvo conocimiento puntual el P. Aladel, su confesor. Muere el 31 de Diciembre del 1876. La canonizó el papa Pío XII.
FELIZ DÍA A TODOS…