En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Miércoles XXV Ordinario. San Vicente de Paúl Presbítero, fundador de la Congregación de la Misión y de las Hijas de la Caridad. Nombrado Limosnero Real por Luis XIII, función en la cual luchó por mejorar las condiciones de los campesinos y aldeanos. Realizó una labor caritativa notable, por la cual recibe el título de apóstol de los pobres
- Evangelio según Lucas 9, 1-6* En aquel tiempo, habiendo convocado Jesús a los Doce, les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles:
«No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco tengáis dos túnicas cada uno. Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si algunos no os reciben, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de vuestros pies, como testimonio contra ellos». Se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la Buena Noticia y curando en todas partes.
Palabra del Señor
Reflexion Dos objetivos: anunciar el reino de Dios y liberar a la gente del mal y enfermedades. Misericordia y liberación. Palabra y ser humano. Evangelizar no es sólo hablar, ni siquiera proclamar, es también liberación de ataduras. Y para ello, Jesús les dice (nos dice) que no hacen falta grandes medios materiales. Sólo lo que Él llevaba: su palabra, la misericordia de su corazón, la calidez de sus manos, la disponibilidad para abrazar y escuchar. Sólo debían llevar el gran anuncio, la Buena Noticia que recibieron de alguien sin fama ni prestigio, aquello que experimentaron cerca de Jesús. Ni más ni menos.
A esto mismo nos envía Jesús. Con un lenguaje nuevo, adaptado a los tiempos que vivimos, que haga la BUENA NOTICIA atractiva a todas las generaciones, a todas las culturas. La sociedad (de la que formamos parte) busca ser liberada de imposiciones y mezquindades que no la dejan caminar ni crecer. Estamos llamados a poner nuestro potencial a trabajar buscando formas nuevas para construir, favorecer y hacer felices a los que nos rodean, contando con nuestras debilidades pero sin sucumbir a ellas. Y para ello, como los apóstoles, como también decía san Vicente de Paúl, no necesitamos grandes medios materiales, sólo lo que ya llevamos en el corazón y, por supuesto, muchas ganas, mucho coraje, responsabilidad y compromiso. Confiando plenamente en Jesús, nuestro Salvador.
¿Hasta qué punto me dejo contaminar por valores o situaciones que deshumanizan?
¿Busco formas nuevas para proclamar la BUENA NOTICIA o me paralizo por los posibles inconvenientes que pueden surgir?
Dios te bendice Oramos: Credo, Padrenuestro, Avemaría, Gloria.