En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Lunes XXXI tiempo Ordinario ciclo A.
Evangelio según Lucas 14, 12-14 En aquel tiempo, Jesús dijo a uno a de los principales fariseos que lo había invitado:
«Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; y serás bienaventurado, porque no pueden pagarte; te pagarán en la resurrección de los justos».
Palabra del Señor
Reflexión En la lectura de hoy, Jesús nos da una hermosa lección: cuando verdaderamente hacemos las cosas por el Reino del Padre, las hacemos sin egoísmos, sólo por amor, sin esperar recompensa, ésta nos la dará nuestro Padre gratuitamente.
Resulta fácil compartir lo que tenemos con los amigos y con los grandes de la tierra, (en la mentalidad judía, quedaba la obligación de invitar a quien te había invitado, por cortesía y para no deber nada), por tanto, la invitación en muchos casos redundaba en beneficio del que invitaba, al recibir la recompensa, podía ser un compartir para recibir; pero, ser solidarios, compartir con los que no tienen nada, de los que no podemos esperar nada, porque no van a poder recompensarnos, eso es verdadera muestra de amor al prójimo, amor de ágape, que busca y goza haciendo el bien sin esperar recompensa. Esta es la enseñanza que Jesús nos da hoy.
Sólo cuando compartimos con amor, sin egoísmo, sin esperar retribución alguna encontramos la felicidad de dar. No olvidemos: hay más gozo en dar que en recibir.
Dios te bendice Oramos: Credo, Padrenuestro, Avemaría, Gloria.