María, discípula de Cristo, hace vida y encarna el mensaje de salvación, haciéndose modelo de acogida y caridad.
¡María, Madre de la misericordia, ayúdame a abrir mis brazos tantas veces cerrados por el egoísmo y la falta de caridad hacia el hermano!
Madre del abrazo,
Madre Milagrosa,
ruega por nosotros.