estas palabras de san Pablo dan sentido a este tercer domingo de Adviento, domingo de “gaudete”, tan cerca ya de la Navidad. Isaías nos dice: “Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios”. Alegría porque estamos en un tiempo de gracia, tiempo para anunciar la Buena Noticia: “Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor”. El verdadero fundamento de esta alegría es el Espíritu que nos ha ungido como ungió a Jesús y nos ha enviado a dar la buena nueva a todos los hombres, especialmente a los más necesitados.
“No despreciéis el don de la profecía” nos dice el apóstol y el Evangelio nos presenta la figura de Juan, el precursor, el profeta o más que profeta como dirá después Jesús. Él es una voz que calma en el desierto, una voz que se deja oír denunciando la injusticia. Isaías, Juan y el mismo Señor nuestro Jesucristo nos invitan a un verdadero cambio interior para sanear la vida, esta vida que cada día reclama más autenticidad y coherencia.
En definitiva, invitación a la alegría desde la autenticidad. Es preciso despertar y comprometernos, más que nunca, con las exigencias de nuestra fe católica. Tenemos que dar testimonio de nuestra fe… ya no sirve eso que “lo de dentro es lo más importante” y si sirve es porque “lo de fuera” deja ver lo que llevamos dentro. , tenemos que dar la cara. Porque creemos; por eso tenemos que dejarnos ver.
La palabra de Dios nos llega en forma de advertencia: ¡Cuidado! “En medio de vosotros hay uno a quien no conocéis”. Su Espíritu nos eligió y ungió para dar la Buena Noticia, “no apaguemos el Espíritu”, él nos da autenticidad de vida y nos invita a animar y sostener a los débiles. Sin Espíritu, sin mística, no es posible vivir con radicalidad nuestra vocación cristiana-católica que nos lleva a recibir a Cristo que quiere hacerse Hombre en medio de nosotros. Eso es la Navidad, en esto consiste la alegría.
Feliz Domingo a todos…