El Paúl san Francisco Regis Clet, antes de ser torturado en China,
pidió un reloj de bolsillo ante la sorpresa de sus verdugos.
Brevemente repasa su vida en un apenas perceptible: tic, tac, tic...
El santo misionero expira estrangulado. Parece que todo se ha parado pero… el reloj en su bolsillo sigue con este sonido: tic, tac, tic...
El reloj marca la realidad… nada se ha parado… la Vida clama y gana la batalla…y el padre Francisco Regis Clet vive y es feliz.
Ahora entra con su sonrisa característica en la eternidad…
ahora es nuestra hora… ¡preparad el camino al Señor!… ¡Vence la Vida!