El Señor sale a iniciar la misión y encontrándose a aquellos hombres
no puede menos que decirles: “Venid conmigo”
y, aquellos hombres, le entienden de tal forma que:
“Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron”.
Se los llama para “ser pescadores de hombres”,
es decir: para anunciar el Evangelio invitando a los
hombres a la conversión viviendo la apertura a la voluntad del Padre.
Todos nosotros somos llamados cada día al seguimiento y no es fácil convertirse cada día e ir dejando ciertas cosas.
¿Y el camino? El camino es Cristo el Señor. Es preciso beber sus palabras, empaparse de su espíritu, vivir conforme a su estilo de vida. Está claro que el único modo de vivir la autenticidad como personas es el seguimiento de Cristo: Camino, Verdad y Vida.
Es preciso estar atentos al mensaje de la primera lectura, especialmente en nuestro días donde, con tanta facilidad, buscamos disculparnos del compromiso. Jonás es elegido para anunciar la conversión de Nínive “(Nínive era una ciudad enorme; tres días hacían falta para atravesarla)”. Puede que, también nosotros, nos preguntemos como Jonás ¿qué podemos hacer para llevar a nuestras ciudades modernas y tan paganas, el Reino de Dios? ¿Cómo ser en ellas pescadores de hombres?
La verdad es que no resulta fácil seguir a Cristo, el Señor, en un mundo que prefiere a sus ídolos de masas, sus espectáculos, el poder del dinero y las promesas fascinantes de una vida mejor. Pero Él empezó junto a un pequeño lago con cuatro pescadores a anunciar la Salvación y eso dura hasta hoy.
Liberémonos de nuestra cobardía y de la falta de confianza en el Evangelio, no podemos pensar que la Buena Noticia, el Reino, sea sólo una utopía y no tenga fuerza alguna en un mundo moderno tan lleno de falsas ideologías y mesianismos. ¡Es tiempo de dar la cara, de no tener miedo, de ser misioneros!. ¡Qué bien lo entendieron Simón, Andrés, Santiago y Juan, gente sencilla y anónima! Tuvieron la suerte de encontrarse con Cristo y recibir esa noticia que les cambio el corazón y la vida, dejaron atrás todo lo que les ataba “y se marcharon con Él”.
Hoy también celebramos la Infancia Misionera, los más pequeños desde el principio, deben estar decididos a construir un mundo mejor, a ayudar a quien lo necesite y a compartir con otros niños; quizás por ahí debe empezar nuestra tarea misionera.
FELIZ DOMINGO A TODOS