¿No es un poco ingenuo decir que hay que ser soñadores o idealistas?…
¿Y no será mejor ser licenciados, joviales y colegas? ¿Es mejor ser distinto a ser lo mismo?
¿No es más fácil la vida sin quimeras, con los pies en el suelo y la imaginación a raya?
Cuidado con la pasión, bienvenida la estabilidad.
Y si hay que creer en algo, ¿no es mejor creer en lo que veo: triunfo, euros, competencia, belleza, seguridad… que en lo que se escapa: amor, riesgo, compromiso o incertidumbre?
Y, sin embargo, algo dentro de mí me llama a la locura, al sueño y a lo imposible… y, con la lectura de los Hechos, también yo proclamo: “la ciudad se llenó de alegría”… porque el Resucitado vence la muerte, nos abre a la Vida… y el Amor se hace realidad…
FELI Z DÍA…