1869-2019, 150 años de EVANGELIZACIÓN y CARIDAD
Corría el año 1868, habían sido disueltas las órdenes religiosas en España a raíz de la Revolución del 68. El P. Díez, paúl y predicador incansable, era uno de los más perseguidos. Se encontraba misionando en Badajoz cuando recibió el consejo, tanto del Obispo diocesano como del Visitador Provincial de los Paúles, de pasar al vecino Portugal. Así lo hizo entrando por Elvas. Dejándose llevar por el celo apostólico, recorrió todo Portugal para entrar de nuevo en España, por la frontera de Tui y atender así a las Hijas de la Caridad de Galicia. En estas tierras no existía comunidad alguna de Paúles pero sí eran muy conocidos por las misiones populares incluyendo las de Ourense capital y las dadas en Xinzo de Limia donde los frutos fueron alabados por todos y, de forma especial, por el Sr. Obispo de Ourense.
El P. Díez fue invitado para predicar la Novena de Nuestra Señora de Los Milagros de 1869, llevándola a cabo como una Novena-Misión. Al finalizar la misma, el Sr. Obispo Dr. José de la Cuesta y Maroto, le propone ser: «… Administrador-Capellán mayor del Santuario de Nuestra Señora de Los Milagros»… con el fin de mantener viva y encender aún más la devoción a la Virgen del Medo. El P. Díez acepta con los permisos de los Superiores de la Congregación de la Misión (Paúles) y así comienza la andadura de las Comunidades de los Paúles en esta querida tierra gallega. Más tarde, en 1917 el P. Escribano deja constancia, de este hecho, de la siguiente forma: «El Sr. Obispo D. José de la Cuesta, que lo era desde 1866, quiso sin duda premiar los bienes que nuestra Congregación había hecho y hacía a su diócesis, y llamando al P. Díez, le ofreció la administración del Santuario de Los Milagros. La Comunidad quedó constituida en octubre con los siguientes miembros: Padres Faustino Díez, Miguel Pérez Gallardo, Faustino Marcos; Hermanos Jerónimo del Río, Vítores Carrillo y Claudio González». Aunque tenemos que dejar constancia que, el primer Superior propiamente dicho de esta Comunidad de Los Milagros, llegaría un poco más tarde, en 1872 y sería el P. José María Riu Riu, natural de Mallorca.
A partir de este momento se comenzó la labor en todos los órdenes: se adecentó el templo, se adquirieron muebles, ropas, una cocina económica, etc. Se hizo público la relación de cultos y actos religiosos: Misa diaria con Salve cantada por la mañana; visita al Santísimo, rosario y Salve cantada por las tardes; confesiones diarias, etc. En 1871 se imprimió el libro: «Novenas de la Gran Reina de todos los Santos bajo el título de Los Milagros… y de san José Esposo de la Santísima Virgen, con otras prácticas piadosas, oraciones, cánticos». La Comunidad de Paúles se dedicó al Santuario y a seguir con las Misiones Populares por toda Galicia, tandas de Ejercicios espirituales a sacerdotes y ordenandos, así como a atender a las Hijas de la Caridad.
Evangelización y Caridad.
En estos 150 años de existencia de los Paúles en este Santuario de Los Milagros, estas son las dos palabras clave que marcaron la existencia y la preocupación de los Paúles en este emplazamiento: Evangelización y Caridad. Siguiendo a san Vicente de Paúl, no se entiende una presencia Vicenciana si no va acompañada, en primer lugar, de una predicación implícita y explicita de la Buena Noticia del Cristo. Para ello el cuidado esmerado de todo lo relacionado con el culto y sus lugares; la dignidad en los lugares de culto: templo, enseres litúrgicos, lugares para llevar a cabo los Sacramentos especialmente el de la Reconciliación junto a la educación. Labor esta, la educativa, que comenzó antes de llegar nosotros y que fue continuada con ahínco y esmero primero en la llamada «Apostólica», después rigiendo el Seminario Menor y, más tarde, en la labor realizada a través del Colegio Nuestra Señora de Los Milagros, donde se formaron generaciones de jóvenes que, fueron criados en estas instalaciones al estar sus padres en el trabajo duro de la emigración. 365 días al año se mantenía abierto para dar cobertura a las necesidades de las familias. Incluso, algunas de estas familias, antes de emprender el camino a la emigración, recibían gratuitamente, en estas instalaciones del Santuario, las clases básicas de idioma para poder comenzar su andadura laboral de la mejor forma posible.
En segundo lugar: la caridad, para ofrecer al peregrino la hospitalidad… junto a una actitud de acogida caritativa al necesitado. En este orden, también en el Santuario, se repartía –desde el primer momento de nuestra presencia en este Monte Medo- la taza de caldo y el trozo de pan a todos aquellos que pasaban el día por el monte cuidando sus ganados y no podían o no tenían recursos para poder «llevarse algo caliente al estómago». Se sigue así el pensamiento de san Vicente: «… por lo material a lo espiritual». En este mismo orden se comenzaron a llevar a cabo las tareas agrícolas y ganaderas siendo motor para esta comarca y lugar de aprendizaje incluso de oficios: carpintería, albañilería, fragua… desde una actitud de acogida y de puertas abiertas.
Un año jubilar para agradecer al Dueño de la Mies: 2019-2020
Muy someramente hemos recordado los inicios de nuestra presencia en este Santuario con la cual comenzó también nuestra presencia en estas tierras gallegas. Ahora, desde el 9 de septiembre hasta el próximo 9 de septiembre de 2020, intentaremos dar a conocer, como memoria agradecida, los principales hitos que tuvieron lugar durante estos 150 años de presencia. Lo haremos a través de diversos actos, publicaciones e incluso una pequeña exposición que quiere recoger los hechos fundamentales que han nacido o se han desarrollado desde este lugar.
Os invitamos a todos a uniros a nosotros para «dar gracias al Dueño de la Mies» por estos años de entrega donde tantos Paúles lo han dado todo para «mayor gloria de Dios y bien de los hombres».