El día de hoy amanece con una leve bajada de temperaturas a primeras horas que no hacen mella en la devoción de los más madrugadores que llegan animados a los pies de la Madre viniendo caminando en la noche para celebrar la primera Eucaristía de 7:30 h.
Hacia las ocho se oían los ¡Vivas! que pronunciaban los peregrinos del Rosario de Aurora de las parroquias de Tioira, Vilar, Santirso y Escuadro que acompañados de sus párrocos y de Padres Paules naturales de estas parroquias celebraban la Eucaristía de 8:30 h.
Por la tarde, y ya brillando el sol, son muchos los peregrinos que participan en la primera Eucaristía de 5:30 h. y como celebración central a las 19 h. presidida por Monseñor D. Adolfo Zon Pereira, Obispo de la Diócesis de Alto Solimoes, Brasil, nos invitaba a reflexionar en que «La Virgen María nos reúne en nombre del Señor» dice un cántico de entrada de la Misa. Ésta es una realidad que se hace patente si consideramos la implicación de todo lo creado en el Sacrificio del Altar. La Virgen María, la más perfecta de las criaturas, el miembro más glorioso, modelo e imagen de la Iglesia, participa de cada Eucaristía junto a sus hijos, con el mismo amor y fervor con que lo hizo el Viernes Santo en la inmolación cruenta de Aquel a Quien había dado a luz. Que ella, la Madre de la Iglesia y Madre de todos los hombres, nos enseñe a participar más plenamente en la Santa Misa.
Ponemos, en este día, bajo la protección de Nuestra Señora de Los Milagros la intención especial de este día de Novena: pedirle a la Madre de la Iglesia que cuide a los sacerdotes y proteja a los jóvenes que se preparan para el sacerdocio.
Para finalizar el día, a las diez de la noche el Santuario acogía a fieles que en medio de un gran ambiente de oración y devoción, silencio y recogimiento celebramos la Vigilia de Adoración Eucarística con exposición del Santísimo Sacramento y una procesión por el exterior de la explanada del Santuario entre cantos y el sonar de las campanas. Cuarto año que se lleva a cabo esta Oración vocacional ante el Santísimo que año se va consolidando aumentando el número de fieles asistentes.
Pasó una mañana, pasó una tarde el día quinto.