Compartimos con todos vosotros un mensaje que nos ha llegado hoy:
Nos separan muchos kilómetros de distancia, pero son nuestros hermanos cristianos de Irak. Después de la experiencia de «Campamento Irak», prometimos no olvidarlos y no los hemos olvidado. Aunque quisiéramos, no podríamos hacerlo. Por eso hemos enviado un grupo de 4 jóvenes a Irak, para que puedan acompañar en estas fiestas tan entrañables a las familias, a los niños cristianos, refugiados, con los que convivimos hace unos pocos meses todos los que estuvimos en el “Campamento Irak”.
Jaime Hernández y los otros tres jóvenes que le acompañan les han entregado, de tu parte, regalos de Navidad a los niños…También están grabando un documental que muestra cómo pasan la Navidad las familias de los refugiados cristianos que tuvieron que huir de sus ciudades, porque las invadió ISIS.
Es la segunda Navidad que pasan fuera de sus hogares. En estas fechas navideñas queríamos llevarles todo nuestro apoyo y afecto, nuestra ayuda material y nuestras oraciones. Y lo hemos hecho. Gracias a ti, MasLibres.org ha vuelto a Irak a vivir la alegría del nacimiento de Jesús entre los refugiados. En este pequeño vídeo puedes ver detalles de cómo es su Navidad: https://www.youtube.com/watch?v=TAJqIJPPCR8
Los cuatro jóvenes españoles están pasando las navidades en el Kurdistán iraquí para seguir estrechando los vínculos fraternales y afectivos con la comunidad de refugiados que vive en el monasterio del Padre Jens, y que ya nos acogió en el viaje del verano pasado.
El árbol de navidad, las luces y el Belén decoran el Monasterio en estos días. Es Navidad, tiempo de esperanza. Sin embargo, para los refugiados nada ha cambiado. La situación continúa igual para ellos y es algo que les frustra y les desespera. De hecho, todos formulan la misma pregunta a los jóvenes voluntarios: «¿Cuándo se va a acabar esto y vamos a poder volver a casa?» Lo que más les preocupa es el futuro de sus hijos, que ahora van al colegio gracias al esfuerzo del Padre Jens.
Los voluntarios de MasLibres.org han sido recibidos entre abrazos y besos. Las familias son muy hospitalarias y, a pesar de las dificultades y las estrecheces, comparten todo lo que tienen con ellos. Les han abierto la puerta de sus casas y les ofrecen el té típico del Kurdistán acompañado de una bandeja de Klischa, el dulce tradicional navideño iraquí relleno de dátiles y pistachos que todas las familias cocinan en estas fechas.
Los niños refugiados han dibujado los regalos que les gustaría recibir animados por los voluntarios, que luego se han ido a comprarlos en el bazar de Solimania y a empaquetarlos (¡más de cien paquetes!). Era uno de los objetivos de la expedición: llevar la ilusión de los juguetes a los niños refugiados y hacerles recordar cómo era su vida antes de que el Estado Islámico les expulsara de sus hogares. Los niños han sonreído, han disfrutado… Y sus padres al verlos tan felices.
Quería compartir contigo todo esto porque sé lo que sientes cuando contribuyes a hacer felices a los demás, cuando tu generosidad construye un mundo mejor. Tú, mejor que nadie, sabes que no hay mejor regalo que dar.
Gracias por tu ayuda. De nuevo lo has hecho posible.
¡Que Dios te bendiga por todo lo que haces en favor de los cristianos perseguidos!