Qué difícil es esto de ser coherente.
A veces me pregunto si sirve para algo.
Tiendo a vivir con distintos horizontes, distintas lógicas…
a veces me siento bienaventurado, y otras me sé un necio.
A ratos creo en ti hasta la entraña profunda, y en otros ni te recuerdo.
Hay ocasiones en que mis acciones hablan de ti, y otras en que te niegan.
¿Cómo, Señor, vivir con tu lógica extraña: setenta veces siete?
¿Cómo atreverse a afirmarte siempre, en la vida, en tantas ocasiones?
¿Cómo hacerte parte de mis opciones, mi trabajo, mis relaciones, mi ocio, mis deseos y mis proyectos?