Y… ¿cómo no?… María, la Madre (Nuestra Señora de Fátima), nos reunía un año más para rezar el Rosario por las calles mientras nos acercábamos a la Santa Iglesia Catedral para celebrar la Eucaristía… GRACIAS MADRE por querernos acompañar en día tan memorable… GRACIAS, porque nos ayudas a comprender tu hermoso testamento:
«HACED LO QUE ÉL OS DIGA»…