Tomillo, romaní, menta, desmayo
- Se escoge para nuestros jardines ciertas plantas que sirven para adornarlos con su frescura y perfumarlos con su fragancia, tales son el tomillo, romaní y la menta. Son plantas odoríferas, aromáticas y medicinales. Entre ellas póngase el color morado de la flor desmayo y si no hay en todas éstas belleza bastante, únanse en el ramillete a su cardinal la viola y, si se quiere, con la reina de las flores la rosa, y tendremos una pieza completa en la gran guirnalda.
- Tomamos aquí la penitencia en toda la latitud de su sentido: el arrepentimiento de una falta, la flagelación y maceración de la carne con azotes y cilicios y con el látigo y el freno de los trabajos mecánicos respectivos a cada una de las artes, la mortificación de los sentidos, todo esto es representado por el tomillo, romaní, mentas y otras yerbas fuertes que, pisadas y comprimidas y plantadas en los senderones del jardín, dan su especial fragancia y son medicina del alma y del cuerpo. No tienen belleza, les falta la flor, pero póngase no muy lejos el desmayo y otras humildes, y si en sí todas juntas no tienen mérito, unidas a su cardinal y a su reina, la caridad y la templanza, las elevan a una esfera sublime y las constituyen en las coronas en uno de sus adornos.
- Esta virtud, en cuanto a ser el arrepentimiento de una falta y la contrición de las culpas, no cupo en María; pero ordenó todo cuanto tuvo de penible, de duro y de amargo a la remisión de nuestros pecados.
- ¿Has pecado? Recuerda que el Señor te acoge y te perdona en el Sacramento de la Reconciliación. Arrepiéntete de la culpa, y ármate para domar y sujetar la autosuficiencia. Arregla la vida según los consejos de tu confesor. Prepara tu corazón y preséntale a la Madre de las misericordias dispuesto y resuelto a emprender la vuelta a la Casa Paterna. Ofrece a María inocente, un corazón arrepentido y le dirás:
Oración:
Señora y Madre mía:
Ahí van estas plantas y hierbas fuertes como señal del arrepentimiento de mis culpas.
Recibidlas, presentadlas a vuestro Hijo y alcanzadme el perdón de todas ellas. Amén.