A veces parece más fácil encontrarte en lo especial,
en lo diferente, en lo extraordinario.
En una experiencia única, en una amistad increíble,
en un amor apasionante, en un acto de heroísmo, en una cruz tremenda…
Pero lo cierto es que también estás en lo cotidiano,
en lo que ocurre cada día, en el hoy.
Y es importante aprender a verte ahí.
Eres el Dios de lo normal, de las horas tranquilas, de las relaciones serenas,
de los gestos sencillos, de las melodías familiares, de las pequeñas alegrías y de las renuncias discretas.
«Dar la cara por tí»... este es el fuego que debemos prender en cada uno…
Gracias, Señor, por tu enseñanza y tu fuerza…
FELIZ DÍA A TODOS