Cada día, toca aceptar que hay luces y sombras.
Que hay porciones de acierto, y otros momentos sombríos.
Pero, ¿quién querría vivir únicamente en la cresta de la ola?
¿Quién querría gustar solo las mieles del éxito,
sin probar alguna vez el sabor de la derrota?
¿Quién puede comprender el amor sin haber sentido la inseguridad y el rechazo?
¿Quién abraza la fe y no tiene su porción de incertidumbre?
SOLO LA COMPLEJIDAD, LA SUTILEZA, LA POSIBILIDAD DE EQUIVOCARSE HACE QUE UNO PONGA, CADA DÍA, TANTA VIDA EN JUEGO.
FELIZ DÍA A TODOS…