Mirando al mundo,
escuchando las voces en que habla el otro,
los otros, Dios mismo,
uno siente la llamada y la vocación
a compartir y comunicar una misma noticia.
Dios habla por nosotros, o puede hacerlo, cuando le dejamos.
Eso pedimos hoy.
Que sea palabra que hable a través de cada uno de nosotros,
y que encienda el mundo de paz y esperanza.
FELIZ DÍA