Hay gente que sí anuncia tu venida.
Y da gusto verlos, y tratarlos,
y sentir que, con ellos, renace la esperanza.
Esos viven la Navidad todo el año, y quizás ahora,
si busco, podré verlos un poco más.
Recuerdan con sus vidas que el amor es posible.
Insisten, con su testimonio, en confirmar que sí,
que a veces, hay quien te siente muy dentro… y entonces todo cobra sentido.
Son la buena gente, que la hay en todas partes.
Son los pisoteados, capaces de levantar la cabeza,
conscientes de su dignidad inalienable.
Los heridos capaces de seguir caminando.
Los alegres deseosos de contagiar su contento.
Los que comparten lo que tienen (poco o mucho),
su tiempo, su trabajo, su vida, su palabra, sus sueños…
Los humildes, los mansos, que contagian bienaventuranza y trabajan por la paz.
FELIZ DÍA