No hay lugar para la tristeza allí donde ha nacido la Vida.
El nacimiento de Jesús, en un establo,
tiene que ver con una puerta cerrada,
con la ciudad llena,
con la falta de hospitalidad o de atención de un pueblo,
o con la compasión de quien finalmente les deja un techo donde cobijarse.
Es una historia de cara y cruz,
de luz y sombra, donde unos se asoman al milagro,
y otros ni se dan cuenta de lo que ocurre.
Y así sigue siendo la Navidad, un tiempo de contrastes,
de posibilidades y de oportunidad.
Aaaahhhh la «familia» nunca
tan menospreciada y nunca tan necesaria…
FELIZ DIA de la SAGRADA FAMILIA
FELIZ FIESTA DE LA TRASLACIÓN DE LOS RESTOS DEL APÓSTOL SANTIAGO