Aunque a veces me cuesta darme cuenta.
Parece que siempre tiene uno que estar sintiendo mucho,
viviendo mucho, experimentando algo nuevo, diferente.
Parece que de otro modo estás encerrado en una vida vulgar.
Pero en realidad lo que es un poco tonto es valorar solo lo especial,
o creer que eso es lo que da sentido a la vida.
Porque hay muchas vivencias cotidianas que, si lo pienso bien, son algo grande:
El pan nuestro de cada día,
la palabra, llena de posibilidades,
el ocio, el trabajo, aprender, estudiar, las rutinas que van marcando los días,
los términos medios, las inquietudes por cosas sencillas…
Ayúdame, Señor, a valorar lo normal.
Ayúdame con tu LUZ manifestada, en este día, con las candelas…
FELIZ DÍA A TODOS