Ante las grandes propuestas vienen y se exigen siempre delicadas y pensadas respuestas:
¡SI! o ¡NO!. ¿Qué me dices?…….
A la flor margarita se le conoce como oráculo de los enamorados.
A Santa María le sobraron todos pétalos menos uno.
Solamente quiso deshojar aquel con el que, en la gruta de Nazaret,
dijo “SI” desde el principio, para siempre y sin pensárselo dos veces.
Un día más, Dios, nos entrega una margarita para que plantándola a los pies de la buena Madre reflexionemos si de verdad nuestra Fe es un “sí” sin condiciones o si es un “sí” con muchas reservas (un “no” disfrazado). Que ofrezcamos a Santa María nuestro firme convencimiento de que un “SI” a Dios, a pesar de los muchos riesgos, mueve ríos de felicidad, de paz y de realización personal.
Pidamos por María: NO SER VELETAS EN NUESTRAS DECISIONES
“No es bastante con ser creyente. Es necesario ser creíble” (P.Casaldáliga)