El “geranio” tiene lenguaje de consuelo.
Una casa llena de “geranios” hace pensar en almas alegres y soñar con corazones abiertos.
El hogar de María es un lugar donde uno siempre recupera la esperanza cuando, ésta, se pierde y languidece por las calles del mundo.
María siempre será tierra, fértil y puesta a punto, donde no queda sin fruto la oración con fe sembrada.
Adornar su imagen en este mes de mayo con un “geranio” es comprometernos a ser fuente de consuelo y de acogida en un mundo que es regido por el compás del individualismo y del “sálvese quien pueda”.
Que esta ofrenda a María nos haga ser consuelo.
Que seamos base y colchón de situaciones en las que muchas personas viven desesperadamente
y sin un rincón donde descansar.
Que el Espíritu Santo acentúe en nosotros el DON DE PIEDAD.