Donde todos hubiesen visto una locura,
María vio un horizonte.
Donde muchos hubiesen visto una transgresión,
ella intuyó la promesa de Dios.
Donde tantos se hubiesen estremecido ante la perspectiva
y hubiesen exigido más pruebas, más seguridades o más garantías,
ella exclamó: “Hágase”.
Donde la ley era la referencia y la condena,
ella fue capaz de cantar la grandeza del Dios
que está con los más pequeños y da la vuelta a todos los órdenes establecidos.
Donde todo era convencional, María,
con una acogida hecha al tiempo de ignorancia y valentía,
de confianza y entrega, fue capaz de colaborar con Dios de un modo radical.
FELIZ DÍA A TODOS…