No olvidemos que hay una urgencia de profetas en el mundo de hoy.
Hombres y mujeres que nos iluminen el camino
y nos hagan ver nuestros errores.
Mirando atentamente a nuestro alrededor descubrimos, que la violencia se recrudece a escala mundial y, que los jefes de las naciones velan por intereses meramente económicos y egoístas.
A pesar de lo positivo de la globalización, algo nos adormece y no permite que luchemos por lo fundamental: “la vida” y la “casa común”.
Como bien decía Gandhi: “no me asusta la maldad de los malos, me aterroriza la indiferencia de los buenos”.
Recordemos que los cristianos, por el bautismo, estamos llamamos a ejercer el profetismo, aunque éste nos cueste la vida.
FELIZ DÍA A TODOS…