San Pablo en la carta a los Romanos, segunda lectura de este domingo, acentúa una dimensión muy importante de nuestro conocimiento de Dios: el hecho de que no conocemos casi nada de él. Es tan inmenso, es tan grande, que su realidad se nos escapa.
De él sabemos lo poco que se nos ha manifestado a través de Jesús.
¡Qué insondables sus decisiones!
¡Qué abismo de generosidad!
¿Quién conoció la mente del Señor?
Por eso, cuando decimos “Dios” apenas sabemos lo que queremos decir.
Sabemos que es “misterio de amor”, pero sobre todo “misterio”.
Aprendamos a vivir el misterio…
aprendamos a darnos al misterio de Dios…
no todo lo tenemos que comprender… de hecho, tantas cosas se nos escapan…
tendremos que aprender a decir: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo»…
FELIZ DOMINGO A TODOS…