Es domingo y se nota en el ambiente, en la presencia de peregrinos que después de caminar durante gran parte de la noche llegan para participar en la primera eucaristía de la mañana, y así desde las siete y media, son muchos y muchos los que pasan por delante de la imagen de la Virgen para honrar a la Madre.
Las eucaristías celebradas desde el balcón del Santuario ante los muchos devotos que por causa del sol se encontraban cobijados bajo las sombras de las arboledas fueron vividas en ambiente de silencio haciendo de la explanada una prolongación del Santuario.
A las 12 del mediodia tuvo lugar la eucaristía presidida por Monseñor D. Leonardo Lemos, Obispo de Ourense, acompañado por el predicador oficial de la novena este año, M.I. Sr. D. Luis Javier González, y el Padre Paúl Eladio Gómez, anterior superior del Santuario.
Durante el día de hoy reflexionamos en que el Domingo, que para el cristiano ha de ser Día de Dios y para Dios, hemos venido como peregrinos a este monte Medo, lugar del Encuentro con Dios, monte de salvación, donde a través de la maternal presencia de la Señora de los Milagros, percibimos sensiblemente los latidos del Corazón de Dios. Ella nos invita a reclinar nuestros sufrimientos, nuestras oscuridades más profundas en el Corazón de Su Hijo, que entregándose en sacrificio en el altar de la Santa Cruz, genera en nosotros la luz de la fe y da un sentido nuevo y definitivo al sufrimiento, que marca tantas veces nuestra vida. En la celebración de la Eucaristía Dominical somos testigos de este amor sin medidas de Dios, fuente de consuelo y fortaleza para todo el que se acerca a Él.
Pedimos hoy, como intención especial nuestra Iglesia Diocesana de Ourense que ha iniciado este camino de renovación pastoral, que es el sínodo diocesano, para que sea más auténtica, más verdadera y para que veamos despertar un impulso renovado en las entrañas de esta Iglesia peregrina en Ourense.
Pasó una mañana, pasó una tarde el día quinto.