OH TRONO QUE ACE DE LO ALTO
¿No es este un tiempo para la esperanza?
Pues esperemos, pero no sentados sino bien vivos,
bien activos, amando.
Esperemos que mejoren las vidas de quienes nos rodean.
Esperemos que los solitarios tengan este año alguien que les recuerde
(¿tal vez podemos llamar, escribir, cuidar a los más descuidados?).
Esperemos que se encienda alguna luz de ilusión en espacios de sombra
(¿tal vez yo pueda encender alguna?).
Esperemos que en medio del vértigo
y de tantos preparativos alguien se acuerde de que Dios viene.
Esperemos que haya más besos y menos golpes,
más risas y menos ceños fruncidos,
menos broncas y más reconciliaciones.
Y digámoslo.
Y cantémoslo.
Y vivámoslo.
Que el Dios que sigue viniendo es la fuente de la alegría profunda.
FELIZ DÍA A TODOS