Santuario Nuestra Señora de los Milagros

CON FLORES A MARÍA…

Los clavelesclavel

  1. Después de las rosas y lirios vienen entre las flores aromáticas los claveles. Son plantas muy comunes, fáciles en su cultivo, florecen en todas las estaciones del año; varias en sus colores, y abundan en sus productos. Su olor es de un gusto muy delicado. Van unidas a la virtud de la fortaleza.

 

  1. La fortaleza es la tercera entre las virtudes cardinales. Tiene a su servicio la magnanimidad y la magnificencia, la paciencia y la perseverancia. Tiene en las batallas dos actos, que son: acometer y sostener hasta la muerte el terreno conquistado. Adelanta y no retrocede, hace guerra ofensiva y defensiva. Propuesto el bien que se ha de practicar, los medios y modos por la prudencia; en el ejercicio, en el acto, en la práctica, la fortaleza le sostiene firme, inmóvil, invariable y constante hasta el fin, hasta la muerte. La clavelina, una vez puesta en el jardín, se sostiene contra la intemperie de los tiempos y en medio de todas sus vicisitudes da claveles en todas las estaciones del año.

 

  1. La Virgen María dio pruebas de su fortaleza en todo el curso de su vida, pero especialmente en la pasión de su Hijo.
  2. Entra en el jardín de tu alma, y mira si están floridas las clavelinas. Examina tu corazón. Propuesto el bien, resuelto a practicar tal o cual otra virtud, en la ejecución ¿eres firme, leal, constante? Venida por causa de tu virtud la persecución y la contradicción ¿qué haces? ¿desfalleces? ¿retrocedes? Revístete de valor, de fuerza y de ánimo; acomete con resolución cuantos actos te proponga y mande ejecutar tu prudencia en orden a la vida; ordena tu vida desde Dios, y, planteado el orden, sosténle, y lucha con los obstáculos hasta vencerlos: coge tu flor, y al ofrecer a la Reina de la Misericordia tus propósitos, le dirás:

 

Oración:

 Señora y Madre mía: Ahí está la flor de este día: es un clavel en ramillete.

Os lo presento como símbolo de un propósito que he concebido, y es el de poner orden mi vida,

poner orden en mis acciones… y el de mantener en perseverancia este orden en todas las vicisitudes y contratiempos de este mundo.

Seré fuerte con la fuerza que espero recibir de Dios por vuestra mediación.

Madre, acepta esta flor. Amén.