Cariños de la reina y otras especies de malva
- Esta planta es una de las especies en que se divide la malva: su hoja es muy suave y dulce al tacto: su flor es muy pequeña y sin olor, pero tiene el color carmesí de los más encendidos y vivos y nos ofrece las flores en ramillete. Huye los ardores del sol y ama los charcos de agua. Hay además otras muchas especies de malvas que toman sus nombres en cada país, según sus cualidades, y son también suaves al tacto y al olfato. La viola romana es una hierba despreciable a la vista,pero al anochecer hace sentir de muy lejos la fuerza de su olor. Va unida a las virtudes de la clemencia y la mansedumbre.
- La clemencia modera, en cuanto es compatible con las leyes de la justicia, los rigores y la severidad de la pena; y la mansedumbre salva contra la ira la paz del corazón. Estas virtudes ablandan y calman, dulcifican y pacifican. La malva es una planta muy blanda y suavísima al tacto, y en sus especies perfuma con su fragancia y embellece con la variedad de sus flores nuestros jardines.
- Clemencia: mitigar la severidad de la pena debida por la culpa, esto fue una de las altas funciones que ejerció María para con el mísero pecador: lo fue durante su vida, y lo será mientras haya sobre la tierra pecadores. Mansedumbre: María fue dulce y blanda de corazón. Nadie la ha visto jamás airada.
- Cuando sopla en tu corazón el viento de la ira, de la inquietud y del mal agrado ¿qué haces? ¿te abandonas? ¿prorrumpes en quejas, en palabras malsonantes, injuriosas…? Cuando te sientes poseído del mal humor, agitado por un espíritu maligno, ¿resistes al ímpetu del corazón que amenaza arrebatarte su paz? Examínalo bien, y resuélvete a ser blando, manso y dulce, y, al ofrecer a María esta flor, le dirás:
Oración:
¡Oh clementísima y dulcísima María!
Os presento hoy la mansedumbre; yo guardaré la paz del corazón,
y en el día malo resistiré al ímpetu de la ira.
Así os lo prometo; recibid esta mi resolución, aceptad mi flor. Amén.