La hortensia simboliza al capricho.
María supo renunciar a un modo de vida
(que le hubiera resultado menos conflictivo y no tan complicado)
para que se cumpliera todo lo profetizado desde antiguo: dar a luz a Cristo.
Dejar esta flor a los pies de Santa María es ser conscientes de que la fe nos exige pequeños esfuerzos personales y comunitarios.
Dicen que la Hortensia necesita de una constante humedad para florecer.
Pidamos a María que mantengamos húmeda el alma con la lluvia de la oración continua.
“Todas las mañanas, nos debemos preguntar; ¿qué podría hacer hoy por los demás? (M.Maintenon)