Cultivar esta flor en el mes de mayo es regalar a la Virgen María la solidez de nuestra fe.
La flor de Antunio es una planta que se caracteriza por dar a luz una flor de larga duración y por su originalidad.
Los cristianos hemos de aprender, y nunca olvidar, que la vida cristiana no es un traje de “quita y pon”.
El Bautismo hizo correr por nuestras venas la savia de la fe y, con ella,
daremos abundante fruto en la medida que trabajemos para que su color y su valor no se debiliten.
Pidamos a Santa María Virgen que la FE sea algo duradero y decisivo en los años que estemos aquí en la tierra.
Para proteger esta valiosa flor es bueno regarla con buenas dosis de personalidad y de oración.
Pidamos a María: SER DIFERENTES A LO QUE EL MUNDO PRETENDE DE NOSOTROS
“Aquel que tiene fe no está nunca solo” (T.Carlyle)