Santuario Nuestra Señora de los Milagros

CON FLORES A MARÍA…

 Si algo valoramos en los tiempos que vivimos (por ser un bien escaso) es la FIDELIDAD;

cuando alguien cumple lo que promete; cuando una pareja (a pesar de las dificultades) sigue adelante;

cuando una persona lucha por sus ideales y sus principios….pensamos que la fidelidad todavía existe.

Entrar en la presencia de María y dejar que suba por la pared de su santuario una “hiedra

es ser conscientes de que nos falta mucho para ser coherentes entre lo que decimos y aquello que hacemos.

Ella, María, fue fiel hasta el final.

Supo agarrarse en cuerpo y alma a la fe como la misma hiedra se ajusta a un muro para no desprenderse, caer al suelo y morir.

Hoy, no puede ser de otra manera, recordamos a tantos hombres y mujeres que iniciaron con buena voluntad el camino de la vida cristiana  pero, los vientos de la comodidad, apatía, incredulidad o secularismo…los alejó por otros derroteros.

Que Pentecostés nos traiga el SANTO TEMOR DE DIOS que es el susto de perderle.

Mirar a María, en esta jornada del mes de mayo,

es hacerle sabedora de que la fidelidad sólo se consigue cuando uno la trabaja y la solicita a Dios como don del Espíritu Santo.

“Si Dios está en todo lugar… ¿por qué yo estoy en otro sitio?”(M.D.)