Empezábamos el día con la compañía de la niebla y recibiendo a los devotos más madrugadores a la Eucaristía de 7:30 h. Seguidamente, recibíamos el Rosario de Aurora que en el día de hoy peregrinaban las parroquias de Maceda, Niñodaguia, Foncuberta, Piuca.
Este ha sido un día de emoción al recibir a cientos de ancianos y enfermos que, una vez pasados estos años de fuerte pandemia, han podido volver a ver la mirada cariñosa de nuestra Madre de Los Milagros. La emoción del reencuentro, el pasar por delante de la imagen, confesar y participar de la Eucaristía, además de renovar la Cofradía y ofrecer las intenciones de Misa han marcado toda la jornada y les han hecho recuperar a nuestros mayores y enfermos, la sonrisa de cumplir las promesas ofrecidas.
Uno de los momentos más esperados y entrañables de la Novena fue en la Eucaristía de 12 h, que presidida por D. José Manuel Heras Prado responsable de la Delegación Episcopal para los Mayores de la Diócesis de Ourense, se hacían presentes los enfermos y mayores con gran participación de los centros gestionados de la Fundación San Rosendo.
Ya por la tarde, en la Eucaristía de 7 de la tarde, presidida por el predicador oficial de esta Novena el Excmo. Y Rvdmo. Dr. D. Francisco José Prieto Fernández, Obispo Auxiliar de Santiago de Compostela e hijo de esta tierra ourensana, nos invitaba, en este tercer día de Novena a contemplar a la Virgen María como Madre del Consuelo, la que colma de esperanza a los que sufren y nos invita a tocar a Cristo en las llagas de los hermanos. Pedimos en este día por todos los ancianos y enfermos, así como por todos aquellos que generosamente los cuidan y atienden.
Pasó una mañana, pasó una tarde el día tercero.
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